El 2014 ya presentó grandes momentos musicales y promete aún más. En sintonía con esta convicción podría decirse que el domingo pasado Il Amichi bar -Sarmiento 1618, San Miguel- cobijó otra gran fecha: Sonomática, un dúo electropop; Grabador, un trío de rock alternativo-experimetal de fuertes guitarras; Los Síntomas, un cuarteto de technorock alternativo y Mi pequeña muerte con su pop rock de canciones. A lo largo de la noche, con bastante público presente, cada grupo hizo una buena presentación con respectivas proyecciones de fondo que definieron su propia estética.

El debut de la banda en la localidad del Noroeste "estuvo bueno", según Nicolás Merlino, guitarrista de MPM, quien confesó que por ser la primera vez que se presentaban en la zona, estaban "nerviosos y ansiosos", lo cual habla de un constante espíritu de honesta entrega en cada show, si se toma en cuenta que llevan más de diez años de carrera. Esa esencia parece reinar en el grupo que, con cuatro discos editados -Hospital (2004), El cazador (2007), Un futuro brillante (2009) y El triunfo de la paz (2012)- y un largo camino recorrido, no le da mucha importancia a posibles posicionamientos dentro del under. "Nosotros tocamos hace trece años y la verdad es que nunca nos interesó saber qué lugar ocupamos. Desde el principio nos tomamos esto como algo con mucho cariño de hacer y es nuestra actividad preferida de la vida", afirmó Germán Perla, baterista de MPM.

Pero claro, es inevitable asumir las devoluciones que reciben de la prensa, del público y sus colegas -no por nada son la banda que acompaña a Rosario Bléfari- y al respecto Nicolás reflexionaba: "Se nota que no es en vano tanto tiempo recorrido y que es un buen momento de la banda. Hay caminos nuevos, viajes, experiencias y eso está bueno."

Mi pequeña muerte desborda canciones de amor, de situaciones cotidianas o de ironías de la vida que son acompañadas por delicadas melodías que no por ser bellas pierden fuerza e impacto. En parámetros generales, las composiciones de Julián Perla reflejan distintos instantes que los atraviesan. "Las letras tienen que ver con los momentos en los que uno está. Cada disco refleja los estados de la persona o la banda o el entorno pero sí tiene que ver con una evolución nuestra. A veces nos proponemos agregar o incluso quitar instrumentos y así volver a las raíces del rock and roll", decía Nicolás y al respecto Germán agregaba: "No siempre se trata de una experiencia de vida sino de todo lo que nos rodea. Desde influencias de libros o películas hasta situaciones de la vida cotidiana. Cosas que pasan alrededor nuestro. Siempre es una aventura encontrarle un rumbo a cada disco, a la grabación, qué instrumentos tocar, qué arreglos hacer, qué músicos amigos invitar. Son situaciones re disfrutables."

Como banda de Rosario Bléfari, los muchachos ya han exportado su música a Chile, donde tocaron y pudieron comprobar la especial atención que le dan otros países a nuestro rock, que está más vivo que nunca. "La gente con la que estuvimos estaba hiper atenta con la movida independiente argentina", aseguraba Nicolás y en la misma línea Germán comentaba: "Ver que bandas argentinas como El Mató llenan salas en Madrid como si fuesen locales, es increíble. Se nota que hay un crecimiento en la movida independiente y lo autogestionado que es buenísimo."

Está claro que es así. La diversidad y calidad de los nuevos músicos argentinos es indiscutible y compone un panorama cultural que no deja de sorprendernos. "A la escena la veo muy bien", decía Nicolás y explicaba: "A mí en lo particular me gustan las bandas que tienen buenas canciones, con buenas letras que me hagan sentir que hay sinceridad. Que hagan chacarera o lo que sea pero si yo percibo que hay algo de honestidad, me gusta, compro. Me pasa con Valentín y los volcanes o Los Todopantalla de Santa Fe con quienes tocamos y la verdad es que me enamoré. Increíble. Una banda del carajo."

La conmoción para Nicolás empieza y termina en un hecho que -por suerte- es pura realidad: "Se volvieron a escribir canciones."

El grupo ya considera la elaboración de un próximo álbum pero no se presionan con los tiempos que demanda concretarlo. De la naturaleza y sencillez de sus días brotan y brotarán inspiraciones que terminarán de definir al nuevo material y como adelanto Germán decía: "Hay un par de canciones. La idea es en algún momento hacer un disco nuevo pero estamos tocando bastante todavía. Tuvimos un año de muchas presentaciones en vivo y viajes pero en el momento en el que nos decidamos a grabar otras cosas, todo surge. De un momento a otro se resumen en canciones las experiencias que se vivieron en el transcurso de ese tiempo."

Como si tuvieran un mágico acuerdo con su creatividad, ellos muy tranquilos esperan los tiempos que la propia música les dicte. "Hacer un disco para nosotros es sentarnos a jugar como cuando éramos chicos: nos lo tomamos muy en serio. Confíamos en las canciones y en lo que sabemos hacer como los arreglos y la música", concluía Nicolás con una admirable franqueza.

El próximo show de Mi pequeña muerte será el 12 de abril en el Salón Pueyrredón junto a Valentín y los volcanes. No se pierdan a estas hermosas bandas, amigos.