Sahara Surfers sacudió Uniclub
12/03/2014
Por @Lepe Baini
Orquesta de Diablos, Ararat y Sahara Surfers impusieron una impecable noche de Stoner en Uniclub. Con un salón casi lleno, nos dieron un domingo de buena vibra, buen sonido y muy buena música.

Provocadores los Orquesta de Diablos, con Valentín Martinez en voz y guitarra, Alexis Plutt en guitarra y coros, Fernando Paleari en bajo y Martín Orlando en batería personificados como demonios, arremetieron a las 20 sobre el escenario de Uniclub y el desborde de actitud sugerente que tienen al tocar atrajo de inmediato la atención del público presente.
Los anticristo que representan -con pintura roja y negra en sus caras, cuernos pegados en la cabeza y muecas insinuantes- son encarnados con el compromiso de demostrar que a través de un puñado de canciones hacen música del infierno y pretenden traer su fuego donde sea que toquen.
Fernando tocaba su bajo con fuerza. Sus dedos se apuraban y marcaban el pulso del show. Su puesta en escena realmente atrajo a medio salón dispuesto a disfrutarlos. Si antes no los habían escuchado, los diablos se encargaron de clavarles su nombre en ese anotador mental que tenemos los que estamos perceptivos a nuevas bandas.
Ararat expuso sus discos y los de Los Natas en una suerte de tienda que armaron en un costado debajo de la escalera. Noiseground sumó los suyos y luego los Sahara Surfers también ofrecieron sus remeras y materiales discográficos.
El público creció de a poco y los punteos de una guitarra empezaron a sonar a las 21:30. Fuertes golpes de batería estremecieron y ahí estaban ellos: Alfredo Felitte en batería, Tito Fargo en teclados y guitarra y Sergio Chotsourian en bajo y voz.
Sergio con gorro de lana empezó a hacer sonar su instrumento y los sintetizadores incluyeron la psicodelia que atrajo al público hacia el frente. Con más tumulto arrancó el show de Ararat y el sonido fue casi perfecto desde el comienzo. Muy pocos ajustes se percibieron a lo largo del show.
Siguió un fuerte y duro bajo y cada vez más cabezas asentían al compás de la música que nunca dejó de hacer vibrar Uniclub. La batería fue instrumentada con tal fuerza y belleza por Alfredo, que parecía una fiera suelta frente a esos cuatro cuerpos.
El sonido era penetrante, denso y oscuro. De repente esas fuertes guitarras arremetían y definían un clima que llegaba hasta al más frío y duro. Los sintetizadores no se quedaban atrás y aportaban esos sonidos psicodélicos que terminaban de definir cada canción. Tito se mostraba totalmente compenetrado con cada tecla que tocaba. Se sumergía en su propia oscuridad, la disfrutaba y la compartía con ese público.
Alfredo acarició su chiva y desencadenó golpes fuertes y precisos con la locura propia de un gran bateristas. Calurosos aplausos se llevaron y su glorioso batero -para no perder la costumbre, ya que lo hizo en durante la presentación- lanzó sus palillos entre el público que peleó sutil por ese recuerdo. Ver a Ararat en vivo es hundirse en su música y transportarse a distintos estados que uno no imagina experimentar.
Los Sahara Surfers -Julia Uberbacher en voz, Hans-Peter Ganner en bajo, Andreas Knapp en guitarra y Michael Steingress en batería- subieron a las tablas, saludaron y empezó su presentación: "Hey guys, thanks for coming!" dijo Julia con simpatía para luego soltar su suave y delicada voz. Parte de los presentes cantaban orgullosos de tenerlos en su país.
La fuerza de sus guitarras se abalanzaron y un vibrante bajo se soltó. El público se pegó al escenario para sentirlos mejor y en todo momento Uniclub mantuvo un buena capacidad de gente que en ese momento agitaba sus cabezas al ver a los austríacos tocar.
Sonaron cada vez con más fuerza y Julia descalza se entregaba al show. Destilaba su voz seria, dulce y gruesa con facilidad mientras esos golpes de batería y riffs la hacían navegar en melodías cargadas de energía. Los aplausos no se hicieron esperar, es que la bella joven de pelos naranja se plantó en el escenario, se adueñó del lugar y expuso a su banda con gran calidad. El sonido era perfecto. Se escuchaba cada guitarra, cada golpe de batería, los platillos, cada puente y cada base marcada por el bajo.
Bases sin demasiados rebusques pero muy bien utilizadas y combinadas movilizaron a Uniclub que siempre se mostró comprometido con los Sahara Surfers. El clima nunca dejó de ser amigable, cálido y de muy buena vibra. Mientras tanto, la banda sonaba con la fuerza propia de un batallón y se ocupaba de que los sigan muy atentos en cada canción.
Las luces naranjas y azules facilitaban la psicodelia que por momentos acompañaba al grupo. Uno tras otro despegaban temas que no dejaron de impresionar y sus sonrisas expresaban la alegría de estar trayendo su música a países que probablemente desconocían. El tour que hicieron por Sudamérica finalizaba con esa fecha y de seguro les habrá dejado el mejor sabor. Terminaron su show e interactuaron afectusos con la gente. Julia fotografió al público desde el escenario y se retiraron con una evidente felicidad que los abrumaba.

PH Miguel Acuña

PH Miguel Acuña

PH Miguel Acuña

PH Miguel Acuña

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