top of page

Dentro del tour de una banda famosa y desconocida

Enjambre, crónica de una groupie

La exitosa banda mexicana visitó Argentina por segunda vez y a pesar de tener buenas fechas programadas -Pepsi Music, Samsung Studio, Makena- la convocatoria no fue la merecida. Acompañada y apoyada por Banda de Turistas, la agrupación de Fresnillo se llevó un buen puñado de contactos, promesas de edición de sus discos en el país y proyectos para una próxima visita. 

 

Una amiga me pidió que la acompañara a ver una banda mexicana de rock que le gustaba y se iba a presentar en Liverpool, Palermo. Escuché algo de su música en youtube y con gusto acepté. El jueves 4 de abril, a las 22, entré a ese bar y me senté en un cómodo sillón de cuero blanco, ubicado junto a una pequeña mesa cerca del escenario. Éramos veinte personas en el lugar. 
El show lo abrió Dr Crápula, de Colombia, que entre tema y tema, exclamaba "¡Acuérdense de este momento gente! ¡Ya seremos populares y llenaremos estadios!". Entre un mínimo pogo y baile que estimuló su música ska-rock, vi las largas rastas de Guillermo "Goy" Ogalde, ex Karamelo Santo, y por un momento creí en las profesías que anunciaba su líder. Finalizado el show de esos chicos de look punk mezclado con revolución comunista, el campari sabía cada vez más rico. Quizá lo era por la promo 2x1.

El telón volvió a abrirse y allí estaban ellos. Chicos sencillos, con vestimenta casual pero prolija, entre quienes el vocalista, Luis Navejas, resaltaba por su estilo retro: zapatos marrones en punta, jean pseudo ajustado, camisa escoceza roja y campera de cuero marrón claro. Eran Enjambre, una banda de cinco chicos a puro talento. Ángel Sánchez en una linda batería con la cantidad necesaria de platos Zildjian e Istanbul; Rafael Navejas en bajo; Javier Mejía -con rulos a lo Maradona en el 87- en primera guitarra y Julián Navejas en segunda guitarra y teclado -bien aprobechado en cada tema-. 
No paraba de sorprenderme con cada canción que tocaban. Era una mejor que la otra. El estilo por momentos me recordaba a Sandro de América, acompañado por el sensual baile que hacía Luis al mover sus pies de manera perfecta, y a su vez a Virus, por las melodías suaves y precisas. Quedé fascinada. Entre su fiel público estaban los Bandas de Turistas, con Angie, siempre junto a Bruno.
Su recital finalizó, y la barra los esperaba para tomarse sus clásicos tequilas. Me acerqué a Julián. Lo felicité por su banda y hablamos un rato. Terminé gestionando la compra de su discografía, que dividimos entre mi amiga y su hermana para asegurarnos compartirlos y poder escuchar todos sus discos porque en Argentina aún no los editan. Hablé mucho de eso con el tecladista y nos pasamos contactos para hablar de los sellos que podrían interesarse en su difusión. En ese momento creo que me importaba más a mí que a él.
Julián me contó que tocaron en el Pepsi Music y no les gustó mucho porque, al tener varios escenarios, la gente se dispersaba y eso no les garantizó la difusión que esperaban. En síntesis, no los vio nadie.

Nos invitó a su hotel en San Telmo, porque junto a "los Turistas" -como llaman ellos a la banda argentina, exitosa en México- y otras personas más que conocieron en el camino, iban a hacer una reunión para charlar, escuchar música y festejar su estadía. No fuimos pero sí aceptamos volver a verlos en Makena, donde tocaron el martes 9. 
Llegamos a las 23 a Fitz Roy y la cantina aún estaba cerrada. Alrededor de las 12 el show empezó. Esta vez había menos personas. Me daba pena que tan poca gente conociera a esta gran banda. Los Turistas siempre presentes, haciéndoles el aguante. Establecieron una relación muy buena en giras que hicieron en su país, de ahí el apoyo constante con Enjambre.
Déborah De Corral también disfrutó del show. La ex modelo y ahora músico, con un gorro negro, pantanoles grandes con estampado de vaca y una suelta chaqueta negra, se mezclaba en la penuria.
El sonido fue horrible. La voz se escuchaba muy baja y los equipos saturaban. Se notó en la cara de su cantante que no estaba disfrutando nada. Terminaron. Nos saludaron, comentamos un poco los problemas que tuvieron y Julián nos invitó al camarín. Alcohol, comida y mucho humo de cigarrillo invadían el pequeño cuarto rojo, ubicado arriba, al costado derecho del escenario. Casi todo el tiempo sentí que éramos unas groupies. 
Fuimos a otro bar, tomamos fernet -bebida que les fascinaba- y después fuimos a un pool en Corrientes y Gurruchaga. Tomamos cerveza, nos sacamos fotos. Jugué al pool en equipo con Julián y le ganamos a Pato, tecladista de Banda de Turistas. Nuestra noche terminó pero el contacto con Julián no se perdió.
El jueves 11 tocaron en el Samsung Estudio, junto a Los Tipitos que presentaban su nuevo álbum. Después del show, Julián nos dijo que estaban en el departamento de uno de sus amigos turistas. Nos dio la dirección para que vayamos. LLegamos y nos encontramos con una exclusiva reunión de la que participaban Rosario Ortega, Fernando Samalea -baterista de Gustavo Cerati-, algunos Enjambre, algunos Banda de Turistas, y unas amigas de ellos. Era la casa de Guido. Un mueble con un tocadiscos y debajo una pila de vinilos fueron mi mayor atracción. Revisé todos, elegí uno y pedí que lo pongan. Pato, el tecladista turista, con gusto agarró Sgt Pepper de los Beatles, lo ubicó y soltó la púa. Comenzó la charla y debate. La mayoría coincimos en que ese fue el mejor disco. 
Le pregunté a Guido por qué ordenaba sus zapatos arriba del placard. Me dijo que era adicto, que puede andar con un pantalón y una remera rota pero no puede parar de comprarse calzados y no sabía dónde meterlos, por eso terminaron ahí arriba hasta que compre un mueble. Continuamos con una linda charla y sus gestos y amabilidad, me hicieron concluir en que junto a Julián, fueron las personas más agradables y queribles que conocí en esa semana. 
La noche terminó. Los Enjambres nos invitaron a seguirla junto a Pato y así fue que llegamos al famoso hotel de San Telmo. Era muy lindo. Fuimos al patio al aire libre, cerca de una pileta. Nos sentamos en unos sillones muy cómodos y charlamos. El conserje vino a decirnos que la gente de las habitaciones se quejaba de nuestras voces y nos pidió que entráramos y nos quedáramos en el living que estaba abajo. Fuimos. Jugué al ajedrez con Pato. Pensé que le iba a ganar y de repente, jaque mate. Rafa, que nos miraba atento y apostaba por mí, también se quedó sorprendido por la derrota.
Sin darnos cuenta, se hicieron las 8. Fuimos a desayunar al bar. Un mozo de alrededor de 50 años nos recibió con una gran sonrisa. Muy simpático. Evidenció que ya conocía a los chicos al saludarlos por sus nombres. Dibujó un colibrí con la espuma de mi café con leche y con alegría me sorprendió "¡Para usted señorita!".  No dejó que le pagáramos. Dijo que con nuestra sonrisa bastaba. 
Pato se quedó porque tenía que hacer trámites cerca y le venía bien hacer tiempo hasta que abrieran los bancos. Con mi amiga nos fuimos caminando hasta el subte. Ese aire fresco de la mañana me hacía sentir bien. Aún quedaba una fecha más, la última. Tocaban al siguiente día en la MasterPlan, en Crobar.
Yo cursaba hasta las 22:30. Salí y fui a ver otra banda que estaba en el CC Matienzo. Llegué a Crobar después de las 2 y ellos ya habían tocado. Después me enteré que en una canción subió el turista Bruno y cantó con ellos. Vimos a Pato, nos quedamos hablando y fuimos al camarín. Le regalé a Julián Obras Cumbres de Virus para que los conociera. Su manager me preguntó de qué época eran y conversamos un rato.
Ya tenían que irse porque en una hora salía su vuelo hacia su país natal. Nos invitaron de nuevo al hotel pero nos parecía en vano ir por sólo un rato y quizá entorpeceríamos sus movimientos de mudanza. Nos despedimos con un fuerte abrazo.

No disfrutaba seguir en ese lugar. Sentía un vacío muy profundo. Fue una semana muy extraña pero llena de alegría. Esos mexicanos son tan dulces, tan buenos y humildes que es fácil encariñarse con ellos. 
En México llenan estadios. Postean cualquier anuncio en su facebook y en menos de 5 minutos tienen más de mil "me gusta". Sus discos los edita Emi Music México y hace poco llegaron al disco de oro. Y es muy valioso ver cómo se manejan a pesar de su bien lograda fama. Antes de irse, su manager me comentó que tuvieron una reunión con PopArt para que editara sus discos en Argentina. Me alegra haber compartido esa gira con ellos. Antes de fin de año volverán y quizá más publicidad cambie la escasez de público en sus shows. Seguramente en poco tiempo, tendrán su merecido reconocimiento en nuestro país.

  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page

10/04/2013

  • Twitter Classic
Facebook
Twitter
  • Facebook Classic
  • c-youtube

YouTube

bottom of page