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Mucho más que dos tonos

09/07/2014

Por Pedro Cerván Lacunza.

Norma, banda icónica de la escena platense, con tres discos en su haber, se presentó nuevamente en Pura Vida para mostrar más canciones de su disco próximo y terminó dando una lección de rock tan impulsivo como apasionado.

Norma es una banda plantense de rock garage que carga con una compleja propuesta heredada del “post-punk”, tanto en la composición musical como en la producción letrística. Su artillería sonora se basa en la intermitencia de riffs distorsionados, disonantes y enrevesados soportados en la sólida pared rítmica formada por la batería y el bajo. La métrica rabiosa pero esculpida de las letras declara un desengaño respecto de lo mundano y contemporáneo, traducido a través de un lenguaje simple pero descaradamente directo. Su lírica irónica encuentra su analogía en el tratamiento fino de los arreglos y melodías, producidas quirúrgicamente con un criterio basado en la herencia de la corriente new wave.

 

La gran inteligencia para la toma de decisiones compositivas los instala en el pedestal de las bandas icónicas de La Plata. En 2006 lanzaron su primera placa Rock 2 Tonos grabada en el estudio Del Cielito y producido en conjunto con Mariano Esaín. En 2008, produjeron Norma, un disco en el que asentaron una estética garagera y la fuerza de su identidad sonora, también grabado en estudio Del Cielito. En 2011, presentaron su tercer álbum de estudio a, donde exhibieron un trabajo más puntillista en las composiciones, fundamentalmente gracias a la gran postproducción que hicieron en el Estudio Tolosa. Todos los discos fueron producidos por Manza Esaín y actualmente se encuentran en pleno trabajo sobre su siguiente disco.

 

El sábado pasado, por la madrugada, el mítico Pura Vida recibía al público casi absorbiéndolos por la entrada: como una presión al vacío, la gente no tardaba nada en ingresar y encontrar su lugar a lo largo del ya consagrado bar de rock de La Plata, tal era el insufrible clima que invadía la ciudad. La cita era Norma, quienes volvían a presentarse después de algunas esporádicas apariciones en este 2014. Una hipótesis épica es que estos shows pretenden medir la recepción del público a las nuevas canciones –que se encuentran actualmente en producción-, pero lo cierto es que el recital de esa noche fue un espectáculo que estuvo más allá de cualquier pronóstico y que quedará grabado en los oídos de todos los fans que estábamos allí: la banda ejecutó una lista de más de treinta temas, en la que repasaron su extensa carrera y marcaron la cancha con muchísimo rock.

 

En la previa muchos de los concurridos conversaban sobre el tema del día: el triunfo histórico de la Selección argentina frente a Bélgica. Como grandes fanáticos de fútbol que somos, nadie podía estar exento de la alegría, y la atmósfera del Pura Vida estaba impregnada de esta sensación. Un recorrido por el escenario nos anticipaba la pared de distorsión que pronto se levantaría adelante nuestro: los pedales desparramados por el piso, amplificadores en stand-by y una gran heladera Ampeg perteneciente al bajista pronto serían las fuentes de la enérgica sacudida de oídos que propondría Norma.

 

Los primeros seis temas incluyeron muchas canciones nuevas, entre las que sonó el corte de difusión, Serio(que difunden desde el año pasado) pero también temas ya clásicos como Sin pensar y Rosa. A la medida que el salvaje sonido del grupo se iba estabilizando (como siempre, impecable trabajo del sonidista), la electricidad de los riffs nos invadía; los pies se desconectaban y la inevitable fuerza de las canciones nos ponía a bailar. Los sucesivos temas del disco a (Freezer, Fetal, Habitación, Mentes), quizás más cercanos en el tiempo a la gente –y por ende más indentificables–fueron construyendo un círculo entre el público y quien se animaba, entraba a saltar en un pogo cada vez más consensuado.

 

Entre las rememoranzas metaficcionales de Chivas Argüello en Cenizas (“las pieles, los cuerpos, viendo este recital“) y en Txt (“busco la frase que me duela más, en el texto enemigo la voy a encontrar”) fue imposible racionalizar que en casi una hora tocaron quince canciones. Al finalizar este segmento, el cantante anunció un break y una posterior continuación. En ese espacio de tiempo pusimos los ojos sobre la concurriencia, que se triplicó desde el comienzo del recital. La mala costumbre de llegar tarde a los recitales, tan generalizada como tradicional en La Plata, en este caso nos provocó una gran sorpresa y un sentimiento de afecto (cientos de amigos de todos lados congregados con cierta sacralidad en torno al frenético show de Norma suponen, indefectiblemente, una experiencia muy bella). Compartiendo impresiones sobre esta primera parte el tiempo se pasó volando y los Norma volvieron a incendiar los oídos.

 

Abrieron la segunda parte con Notvg y Discos. Continuaron así, intercalando canciones de su primer y segundo disco. Los fans más impacientes gritaban para pedir canciones que llegaban a velocidad luz. La sensación de pedir un tema y que sea tocado es inexplicable; lxs muchachxs arrobadxs, que en el pogo no paraban de moverse al ritmo de la banda, se hallaban en su salsa. Ny, Nasa, Cable, Micro, Usina; uno tras otro, llegaban los retazos del universo de Norma en formato canción para dar cátedra de performance musical con mucho profesionalismo y actitud. Grises, Hacha, PC, Voces, 350; temas que –cronológicamente– en estudio pueden demostrar el desarollo evolutivo de la propuesta musical del grupo, allí, en el escenario del Pura, se fundían en un único matiz: el del rock crudo y encarnado, el de los riffs encrespados del gran guitarrista Gualberto de Orta, el del discreto y sólido trabajo del bajista Richard Baldoni y el de la potencia rítmica inexorable del batero Laro Bidonde.

 

Cerca de la canción número treinta entrevimos el cierre de un recital único. Semejante batalla arriba del escenario tuvo fin con grandes canciones de su primer disco; Enamorado, Niños y Educación fueron la bisagra que nos permitió desconectarnos del vibrante viaje que nos propuso Norma.

Aturdidos y enajenados, pensando en la experiencia que supone tener el acceso y sentir la resonancia de un conjunto que ya ha tocado en España, Brasil, Colombia, Uruguay, Chile y Francia, nos fuimos de Pura Vida, eternamente agradecidos por el ímpetu irrefrenable de una banda que sigue produciendo gigantescas canciones y poniéndolos arriba del escenario para rockear de una manera única.

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