Si la jornada anterior del ciclo Music Is My Girlfriend mostró la diversidad de la escena actual, la del viernes 30 fue todo lo contrario. Se celebró una noche de rockabilly, surf rock y garage. Las décadas pasadas más vivas que nunca en manos de Los Aceitosos, Las Fantásticas Pupés, Los Acetones y Los Primitivos. Brillaron entonces los jopos, las patillas, las camperas de cuero, las escalas pentatónicas y los bailes desenfrenados.

 

Comenzaron Los Aceitosos con la versión más clásica y fiel del rockabilly de los cincuenta. El cuarteto brindó un entretenido show de media hora en el que se destacó el contrabajo de Zuko. Siguieron Las Fantásticas Pupés con su garage revival adornado con chanson y toques punk. Se apropiaron del escenario con la combinación exacta de desparpajo y prolijidad, sonaron –más allá de algún inconveniente técnico al comienzo- precisas pero irreverentes. Cantaron, gritaron, bailaron -especialmente Gretel, que dejaba sus teclados para pasear por todo el escenario con la pandereta- e hicieron cantar, gritar y bailar al público. Tocaron canciones de su disco Novia serial (2012) y otras todavía no editadas como Natural, Cine B y Toma 1, además de los estrenos Me gusta tu papá y el cover de Wanda Jackson -“la única Wanda que existe”, bromeó Solxie-, Funnel of Love para redondear un set encantador. 

 

Más tarde aparecieron Los Acetones, una especie de power trío de surf rock. La banda totalmente instrumental, compuesta por la formación clásica de guitarra, bajo y batería -Germán, Emmanuel y Emilio, respectivamente- se destacó por la destreza de los integrantes, todos son virtuosos en su instrumento. Durante el rato que duró su set el público disfrutó de sumergirse en clima de “película de Tarantino”. Hasta hicieron la obvia Misirlou del comienzo de Pulp Fiction y Tequila, originalmente grabado por The Champs que contó con la participación del público en los “¡Tequila!”. 

 

Para cerrar la noche llegaron Los Primitivos y más rockabilly clásico, en este caso con influencias country bien acentuadas y bastante furia. La banda tiene más de viente años de carrera y se nota. Animal Lee en batería, Peter en guitarra y voz y el carismático Phonzy en contrabajo y voz, demostraron que se conocen a la perfección. La sensación que quedó es que, además del espíritu de aquéllas épocas, lo que pareció unir a las cuatro bandas que se presentaron fue lo mucho que disfrutan estar en el escenario. Todas se divirtieron haciendo lo que hacen y eso se trasladó al público que disfrutó tanto como ellos.

 

En esta edición del Music Is My Girlfriend tampoco faltaron la feria de discos de Scatter Records, las proyecciones y la musicalización, todo acorde con la temática de la noche. Sólo nos queda esperar para saber cómo y cuándo continúa este festival en constante ascenso.