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Función privada

09/06/2014

Por Patricio Durán.

El viernes pasado los Diegos -Bisio y Billordo- se presentaron en El Imaginario del barrio de Almagro. Los músicos llevaron calidez al sótano del bar ante un pequeño público que disfrutó de una noche íntima.

Apareció Diego con la 10 de la selección argentina. Sí, pero lejos del fútbol y del clima de mundial que se vive en la ciudad, Billordo se sentó en el escenario del sótano del bar El Imaginario para brindar un show acústico compartido con Diego Bisio, que fue el que dio el puntapié inicial. La noche se vio trunca al suspender su participación Mariano Azcurra por problemas familiares, como dijeron ambos Diegos mientras le enviaban “buena energía”, deseo al que, por supuesto, nos sumamos desde acá. 

 

Comenzó entonces el acusticazo con Diego Bisio y sonaron sus canciones íntimas, frágiles, con melodías que toman los caminos que tomarían las de Spinetta y que se resuelven como se resolverían las de Spinetta. Promediando el show no quedó más remedio que hacer un cover del flaco, “uno de esos maestros de la vida”, dijo Bisio y agregó “espero no arruinarla”. Y no lo hizo, su versión de A estos hombres tristes –del primer disco de Almendra- sonó respetuosa al original y al mismo tiempo personal. El tono íntimo continuó incluso en la interacción con los espectadores -alrededor de treinta personas entre las que se encontraban su hija y su novia- con quienes comentaba su obra. Fue el mismo público que tímidamente pidió “otra” al finalizar el show y que Diego tímidamente aceptó para finalmente despedirse.

 

Llegó el otro Diego entonces, más conocido como Billordo, también con su guitarra y su voz pero con una propuesta totalmente diferente. El artista platense es una máquina de componer riffs indies para canciones honestas con letras que hablan de la vida cotidiana. A esto le agrega esa entonación particular que desconcierta tanto como atrae. El show se basó en los temas de su último trabajo. Arrancó con Aventura felicidad, que le da nombre al álbum, y siguieron Fa sol do (casi una teoría de los afectos moderna con sus “notas de amor”), Tenue luz, Guardia guacamole o Alfajor chokolinas y un té. Las dos últimas acentúan la temática cotidiana de las letras: referencias a la calle de su casa y a desayunos o meriendas. 

 

Terminó el show con La copa del mundo es del indie rock, una tremenda declaración de principios sobre la actitud hacia las cosas que ocurren en los circuitos alternativos. La música under y su batalla constante: “se puede perder/se puede ganar/pero nunca abandonar”, o sea, lo importante es seguir, hacer música honesta e ir a ver bandas under. Jamás sabremos si Billordo ganó o perdió la fría noche del viernes 6 en El Imaginario, sólo sabemos que jugó y que lo hizo sin más armas en la mano que una guitarra y un diez en la camiseta.

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