
Música del más allá
Dietrich tocó en Il Amichi -Sarmiento 1618, San Miguel- el viernes 30 y sacudió al bar que desbordaba de gente feliz de ver en vivo a estos seis soldados de la música.
Fusibles y El Hombre Anormal fueron los grupos invitados a abrir la noche del viernes que tenía cierta magia en el aire por la unión bandas instrumentales de alto vuelo. Y eso era sólo el comienzo...
Escuchar en vivo a Dietrich es inyectarse la dogra más adictiva que existe en el mundo y aún no se descubrió. O quizá sí, porque su música no tiene contorno, es abundante y muy adictiva. "Cuando tocamos queremos que la gente se conecte con su esencia más pura, que es la misma que la nuestra, para juntos poder trascender la realidad en la cual estamos sumergidos", afirma Frisco que toca casi todos los instrumentos de la banda, al igual que otros de los integrantes de Dietrich. Es muy entretenido verlo correr desde el teclado hacia el bajo y luego a la guitarra y después a la voz, en medio del show. "Creemos que cada instrumento de cada canción tiene que ser ejecutado por la persona que mejor lo haga y no es porque sea técnicamente mejor que otro, sino por cómo canaliza su intensidad y lo que transmite en ese momento", cuenta el músico y en sintonía, para sintetizar el sentido de la rotación que caracteriza a esta banda, Komarck -que también pasea por el escenario- agrega: "Es por cómo fluimos y cómo utilizamos el instrumento como medio de expresión y como medio de función hacia la canción."
Es que Dietrich cree en las limitaciones que son propias de cada persona y hacen que seamos únicos. Cada uno de ellos cumple la función que mejor le queda. Como mejor manifiesta -en cada situación- su mensaje a través de la música.
Cuando se movilizan por primera vez, el público se desorienta. Algunos miran atentamente sin entender bien qué está pasando. Una vez que empiezan a volcar su energía en ese nuevo medio que agarraron, los enigmas se resuelven. La canción nunca se detiene, continúa y propone nuevos sonidos, más escalas y, en conjunto, una pequeña mutación que siempre produce que nos sumerjamos aún más en su música, que suena potente, con muchos efectos electrónicos. Nunca desprenderse, siempre involucrarse cada vez más. Su esencia envolvente, enamora con cada punteo, cada sonido del sintetizador, cada batería instrumentada por un tipo que exterioriza su conexión con cada movimiento y cada gesto de su rostro. Los seis músicos demuestran ser necesarios y fundamentales todo el tiempo.
¿Cómo llegan a moldear una canción y encontrarse con su instrumento? Frisco explica que los temas nacen a partir de una idea, de una estructura que se presenta como un esqueleto, que puede ser propuesto por cualquiera de ellos, pero que corresponde a un imaginario muy conceptual, que puede provenir de la música misma que los influencia o de la fotografía o de la danza -por nombrar algunas-. La idea está y los demás integrantes se van acoplando y terminan deformándola hasta un punto en el que se encuentran con algo totalmente diferente. Se permiten jugar con los instrumentos. De hecho, a veces, componen sobre lo que ya tienen porque exploran dentro del tema y dentro de ellos mismos hasta terminar de crear la personalidad de la canción.
La banda oriunda de Capital Federal, nació en 2007 de un decantar de ellos mismos. Como músicos -Frisco y Hakinen-, venían experimentando un circuito artístico que estaba muy agotado, en el que no veían propuestas interesantes. Ante la falta de conceptos, la abundancia de músicos y la escaséz de artistas, decidieron empezar algo propio. Dietrich considera que la música es una plataforma de expresión artística con libertad pura, trascendencia y capacidad de modificar el estado de ánimo de las personas. Para ellos es sagrada y la toman muy en serio.
"En el circuito popular la música estaba en un plano corrupto, había mucha gente que no se la tomaba con la seriedad que merece. Veíamos un clima un poco frívolo, como una pose y mucha falta de claridad", detalla el músico y aclara: "No se trata sólo de tocar un instrumento, también hay que decir algo."
Con un EP editado en 2010 y un single en 2011, Frisco cree que, como banda, son "canales que bajan data del universo", pero para bien de la humanidad, no son los únicos que transmiten esa sabiduría galáctica. "Nos conectamos con otras bandas que vibran igual que nosotros como Gomez, La patrulla espacial, El mató, por ejemplo, entre otras", dice el artista y Komarck agrega: "El mensaje es una puerta que está en cada uno. Es abstracto, es apersonal y a su vez es personal. Mostramos que detrás de nuestra música hay una imagen a la que cada uno puede acceder si quiere. Somos un puente hacia algo."
Respecto a la escena musical que nos atraviesa hoy en día, Frisco analiza: "Creo que hay cosas muy buenas que están pasando. Todas las bandas que nos gustan a nosotros están en el sello Sadness -fundado en 1996- que es como un plasma que amalgama toda una corriente de artistas musicales. Es como un refugio." Por su parte, Komarck ve al under con prosperidad por parte de los sellos independientes, por el trabajo y el impulso que están llevando a abrir la cancha, al ampliar horizontes, pero también observa que la escena en general está muy cerrada y cuesta mucho sacrificio para una banda que trabaja seriamente acceder a los cánones que tienen las bandas mainstream. Para él, el mercado sigue estando cerrado, pero cree en la creación de sellos independiente, como Sadness, que apoyan a las bandas desde la transparencia.
Dietrich está trabajando en el lanzamiento de su primer disco y esperan llevar su música a todo el país y al mundo. Sólo podemos decir que se preparan y estén atentos a cada fecha para poder experimentar la genialidad de estos muchachos que saben cómo movilizar el alma y los músculos, porque no vas a contenerte las ganas de bailar.


04/09/2013