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el Clima perfecto

16/04/2014

Por @GonzaPenas

Para no quedarse en la cumbre del verano, 107 Faunos y Bestia Bebé se presentaron en el Centro Cultural Matienzo y dejaron en claro que son dos de las bandas más importantes de la escena actual.

Se fue definitivamente el verano en la ciudad de Buenos Aires. Fuertes ráfagas de viento que nos traían el primer frío del año se sentían en las personas que se iban acercando el sábado al Centro Cultural Matienzo –nuevo Matienzo para los amigos- en la calle Pringles, a unos pasos de la Avenida Córdoba. Qué incómodo es ir a los recitales con ropa de invierno, o de otoño en este caso. De todas formas, adentro del Matienzo el clima es cálido, como siempre pero ahora más agradable porque nos protegía del frío externo. Tal vez por eso, una vez ingresadas, las personas no salían al patio a fumar o tomar algo y lo hacía adentro de la sala donde serían los recitales de dos bandas muy convocantes en la escena emergente –que ya no es tan emergente- actual. O tal vez porque al ingresar uno podía disfrutar de una hora entera con los Ramones de fondo -luego sería una hora de Television- ratificando que el Matienzo es uno de los mejores lugares para esperar el recital de una banda porque siempre estará muy bien musicalizado.

Como es habitual, el recital que comenzaba puntualmente a las 23:55, comenzó a la 1:30. No hay queja. Ni en el público ni en esta crónica. ¿Acaso no es lo que decimos extrañar de las viejas fechas de Cemento? ¿De qué quejarse entonces?

Hubo una especie de introducción a lo que vendría: Reno -solo con la guitarra- fue el encargado de darles la bienvenida a todos los que se habían acercado al Matienzo y dio un breve set de cuatro canciones con cover incluido de los Fabulosos Cadillacs -"Número 2 en tu lista"-.

Cuando salió Bestia Bebé, la primera banda de la velada, lo hizo de una forma distinta a como suele hacerlo. En vez de empezar con "Estamos bien” como -casi- siempre, el primer tema del recital fue “No me importa verte perder”, el último tema del hasta ahora único disco de la banda -Bestia Bebé, 2013-. Cabe recordar que si bien con esa canción cierran el disco de estudio, ese mismo tema abría el disco que Tom Quintans -voz y guitarra de la banda- había grabado con el Niño Elefante -guitarrista de El Mató a un Policía Motorizado-; proyecto llamado Tom y el Niño Elefante(2010) y en el cual se encuentran varias canciones que después estarían en el disco “oficial” de la banda.

Después sí, “Omar”, “El gran Balboa” y “Sabés” para que se desate la característica exaltación de los fans de la banda. De fondo, se observaban escenas mezcladas de películas clásicas como “Comando”, “Rambo, “Depredador” o simplemente la imagen en random del videojuego de fútbol que todos jugamos alguna vez en los fichines del centro. ¿Nostalgia? Para nada. Bestia Bebé es el fiel ejemplo que con el pasado bien vivido se puede hacer algo perfectamente actual en el presente. No es una banda punk -aunque hayan seguido a las bandas de esa escena- ni una banda de freaks maniáticos. Son pibes que siguieron lo mismo –no solo en lo musical sino también en cuestiones más cotidianas como los juegos o incluso la pasión por las figuritas– que sus seguidores. Por eso, ese código compartido entre ambas partes. 

Desde el FestiLaptra del año pasado -realizado en el Centro Cultural Konex- quedó claro que es una de las bandas emergentes más convocantes y cuenta con un público fiel que ya se reconocen entre ellos con tan solo verse en los recitales. Incluso cuando tocaron “Hasta siempre amigo” -tema que cierra el ya mencionado disco de Tom con el Niño Elefante- como el tema nuevo –“que igual venimos tocando hace varios shows” dijo Tom- la gente cantó y pogueó como si fueran clásicos más de la banda.

Con “El uruguayo” ya es común que el público festeje el tema con algún cántico de cancha: “vamos Bestia vamos, pongan huevo que ganamos” o el reconocido en la jerga futbolera como “Jugadores…”. Si hasta aquí, todo era fiesta, esto se acentuó con “Wagen del Pueblo” que viene siendo una de las más festejadas abajo y arriba del escenario.

Para finalizar, sonaron “Patrullas del terror” y “Lo quiero mucho a ese muchacho” y el set se había acabado. Pero había dos temas más con sorpresa incluida: “Luchador de Boedo” y -para cerrar definitivamente- “Fin de semana de muertes”, canción que se encuentra en el disco previo a lo que sería Bestia Bebé (cuando el proyecto era Tom y la Bestia Bebé, grabado en 2009). Perlita en la noche para terminar el set. Aclaración, no hubo nadie que se quedara afuera de la sorpresa. Todos entendieron lo que estaba pasando y festejaron semejante momento.

Media hora después de haber terminado Bestia Bebé, aparecieron en el escenario los 107 Faunos. Casi a oscuras, arrancaron el show donde repasaron toda su carrera y presentaron temas nuevos. En algún momento se pensó que era la presentación de su nuevo disco pero… ¿lo fue? Tal vez sí, hubo algunos temas nuevos que incluso colgaron días antes en su Bandcamp pero muchos de los fans se quedaron con un excelente recital donde, en realidad, más que presentar una nueva producción, se encargaron de repasar toda su carrera. Y vaya que salió perfecto.

Nos queda la pregunta si eso habrá sido previsto o fue de forma inconsciente porque es hora que los melómanos de la música nos sinceremos entre nosotros. Hay dos formas de presentar un disco: o tocarlo todo entero y después tocar algunos clásicos para cerrar o tocando todos los clásicos de la banda e ir mechando temas nuevos de a poco. Así fue el recital de los Faunos en el último FestiPulenta -realizado hace un mes y medio en el mismo Matienzo- y así fue el del pasado sábado. No es que haya una manera correcta y otra incorrecta -solo son dos maneras de presentar un nuevo trabajo- pero el público de los Faunos se encargó de hacerle sentir a la banda que la decisión de la lista de temas fue inmejorable.

De arranque, de una y sin avisar, el show comenzó con “Nenes de mamá” pegada a “Pequeña Honduras”. Como para empezar bien alto. Todo el público del Matienzo volcado hacia adelante y saltando con una banda que transmite amor. Esa es la palabra: amor. Y más para los que la siguen desde hace años. Lo mismo sucedió con “El jefe de los malos”, “Calamar gigante #8” y “Muchachita”. Los temas mechaban 107 Faunos (2008) y Creo que te amo (2010), dos discos claves en la escena. Pero uno de los puntos altos de la noche fue “Noche spooky tropical” y “El tigre de las facultades” (de El tesoro que nadie quiere, 2011), por lo que significan esos temas para todos los que colmaron el Matienzo y porque “Noche spooky…” hacía bastante que no la tocaban.

De ahí en adelante, la noche no tendría horizontes en los cuales apoyarse. Gente saltando, amigos abrazándose, el frío que se transformaba en un calor propio de verano: eso genera 107 Faunos. Pero los clásicos seguían con “El imán de lo nuevo”, “Días dorados” y “El elmo” y la velada era perfecta, redonda; así había que recibir y afrontar el frío sábado otoñal. De esta manera, de la única manera posible: amigos y dos bandas que fascinan arriba de un escenario.

Hubo tres temas nuevos para ir cerrando: “Vagón comedor”, “Cosas caras rotas” y “La turba”. Estos temas están en el Bandcamp hace días y la gente lo sabía como si fueran temas grabados hace años. Los últimos dos temas fueron “Incertidumbre” -uno de las canciones más bellas de la banda y de la escena local entera- y “Pretemporada”. Para terminar como se empezó: bien arriba. Un show –y un set- impecable de los Faunos. Afuera el frío, incluso con varios grados menos con los que el público entró. No importaba. Todos tenían una sonrisa dibujada en la cara.

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